Si te preguntas qué es el flamenco, la respuesta es compleja. El flamenco es cante, baile, talento, duende, pasión, sentimiento… Un arte original de Andalucía, fruto de la influencia y el mestizaje de varias culturas como la gitana, árabe, cristiana y judía. Una expresión artística que se aprecia y practica en todo el mundo.
Para un artista flamenco es algo que apela a lo emocional, a lo intangible. Es la expresión de lo vivido. ¿Cómo explicar con palabras qué es y significa para un cantaor, una bailaora o un tocaor este arte?
Viajemos en el tiempo. Años 50. Triana. En uno de los corrales de vecinos que salpican este barrio. Una niña de 5 años está con su familia en una celebración. Es el cumpleaños de su prima. Hablan, comen, beben, ríen… Están alegres y de repente ¡un tío suyo comienza a cantar! Su abuela lo mira, asiente y le acompaña con las palmas.
Poco a poco todas las miradas se vuelven hacia él. Se unen más palmas: las de su abuelo, otro tío, una hermana, la hija que cumple 15 años… Y comienza el jaleo, la algarabía y la fiesta. Los más pequeños miran. Unos callan y otros se atreven a imitar el toque de palmas de sus mayores, aunque no lo hagan aún del todo bien.
El padre de la cumpleañera está tan feliz y orgulloso de su hija, que comienza a cantarle por alegrías. “Con esa cara bonita, orgullo de mi vida eres…”. Los familiares se agrupan en círculo. El cantaor sigue en el centro y se dirige cantando a su hija, con el brazo extendido y la palma de la mano hacia arriba. La niña lo acompaña con las palmas, lo mira a la cara. Va surgiendo entre ellos la complicidad. Saben lo que tienen que hacer. Ella comienza a acercarse a su padre, llega al centro del círculo, lo rodea tocando palmas, sigue el ritmo y empieza, poco a poco, a moverse al compás. La complicidad es absoluta y arranca a bailar.
El júbilo de su familia es inmenso. Algunos se emocionan. Sienten, todos sienten algo dentro. El ritmo, la pasión, el respeto, la fuerza, la alegría, el orgullo de la familia, de ser gitanos…
En medio de esta algarabía, la abuela sale a cantar y le dedica una letra a su nieta. El padre se marcha al círculo bailando y tocando palmas con todas sus ganas. La hija, que sigue bailando, se acerca a su prima de 5 años, con quien la une algo especial, y en quien ya ha visto cómo, siendo tan pequeña, ya sigue el ritmo y siente el flamenco. Surge la complicidad entre ellas. La abuela les canta a las dos y ellas bailan una enfrente de otra. El duende flamenco invade el espacio.
Este es el recuerdo de Pepita López, aquella niña de 5 años que hoy, con 74, relata con nostalgia y gran emoción aquella tarde en un corral de Triana, una estampa que se repetía en pequeñas reuniones y encuentros familiares que se celebraban en este rincón sevillano, convertido en un centro de referencia del flamenco durante los siglos XVIII y XIX. De este barrio han salido y siguen saliendo numerosos artistas y maestros flamencos.
El carácter privado de aquellas fiestas pasó a ser público cuando el cante y el baile comenzó a representarse en teatros y cafés cantantes, unos salones con tablaos y sillas donde el público podía disfrutar de estos espectáculos de flamenco. Estos cafés cantantes fueron el origen de los tablaos actuales.
El flamenco es hoy en día un arte de referencia en el mundo. Declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, el cante, baile y música flamenca se aprecia y admira dentro y fuera de nuestras fronteras.
Pero el flamenco es mucho más que una expresión artística. El flamenco para muchas personas es sentimiento, es pasión, es una forma de vivir, es enorgullecerse de sus raíces… Sirva como ejemplo el recuerdo de Pepita López, quien lleva toda una vida vinculada con la magia y el duende flamenco.
En lugares como Sevilla, la conexión con este arte viene de lejos y está latente en muchos rincones de la ciudad. Encontrarás numerosos tablaos que mantienen vivo el espíritu del cante y el baile más tradicional. El Palacio Andaluz es uno de estos espacios donde puedes disfrutar de un espectáculo en vivo, todo un deleite para los sentidos.
Un tablao andaluz donde cada noche, el elenco de artistas vive, siente y trasmite la forma más pura de este arte. Si quieres sentir qué es el flamenco, ¡tienes que asistir a un espectáculo en directo! ¡Te esperamos en El Palacio Andaluz!
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