Origen del flamenco en Andalucía: Sevilla, Granada y Jerez de la Frontera
Origen del flamenco en Andalucía

El origen del flamenco en Andalucía no está del todo claro, pero sí el idilio que este arte mantiene con esta tierra, un idilio que viene de lejos. Hay quienes indican que el flamenco proviene de los cantos monocordes islámicos, mientras que otros atribuyen a los gitanos la introducción de este género en tierras andaluzas.

Los gitanos llegaron a España a principios del siglo XV y su singular manera de entender la vida y de expresarlo, a través del cante y el baile, no pasó desapercibida para la sociedad de entonces.  No es de extrañar que, a partir del siglo XVIII, se comenzara a utilizar la palabra ‘flamenco’ como un sinónimo de gitano andaluz.

Y es que, independientemente de quien tenga o no razón sobre el origen del flamenco en Andalucía, lo que es innegable es la influencia que ha tenido la cultura gitana en el desarrollo e historia del arte flamenco.

Las raíces del flamenco en Andalucía

El flamenco se ha convertido en un referente del folclore de Andalucía, creando estilos que han llegado hasta nuestros días. Poco a poco, este arte fue llamando la atención y cogiendo fama, hasta el punto que se trasladó el baile y el cante de las celebraciones privadas de los gitanos a los conocidos cafés cantantes, locales donde se actuaba en directo, consiguiendo de esta manera que el flamenco se popularizara y convirtiera en un género musical.

Dentro de la comunidad andaluza, Sevilla, Jerez de la Frontera y Granada son claves en el origen del flamenco. Estas ciudades están consideradas como cunas del flamenco andaluz y han sido y siguen siendo un referente dentro y fuera de España.

Prueba de ello, es el gran elenco de artistas flamencos sevillanos, jerezanos y granadinos que han paseado y pasean su talento por escenarios de todo el mundo. Otra demostración del vínculo que Sevilla, Jerez de la Frontera y Granada tienen con este arte, es la cantidad de tablaos o peñas flamencas que tienen, espacios que salvaguardan el espíritu de flamenco de esta tierra.

El vínculo del flamenco y Jerez de la Frontera

La ciudad gaditana de Jerez de la Frontera es fundamental en el flamenco. Su historia está vinculada a este arte, siendo una de las ciudades que más bailaores, cantaores y guitarristas ha dado a esta disciplina artística. De Jerez era el primer cantaor del que se tiene noticia escrita, Tío Luis el de la Juliana, considerado creador de cantes primitivos, como las tonás.

Otro artistas que han dejado su huella en este arte son El Borrico, Tia Añica la Pirriñaca, El Sernita, Terremoto, Chocolate, El Agujeta, El Sordera, La Paquera, Diamante Negro o José Mercé, entre muchos otros.

Jerez de la Frontera también ha sido vital en la evolución de este arte. Entre los estilos que caracterizan al flamenco jerezano destacan las seguiriyas y las bulerías, palos que han pasado a la historia del cante con sello propio.

Los barrios de Santiago y San Miguel, de donde es originaria la bulería, son enclaves de referencia de esta ciudad. Estos arrabales concentran el mayor número de tablaos y espacios dedicados al conocimiento de la historia y la esencia de flamenco jerezano.

Jerez de la Frontera mantiene también vivo el espíritu del flamenco, a través de los diferentes recitales, fiestas y festivales que celebra durante el año, actividades que despiertan el interés de expertos y amantes de todo el mundo.

El vínculo del flamenco con Granada

Granada es otro lugar de referencia de la historia y origen del flamenco en Andalucía. Los gitanos se asentaron en las cuevas de Sacromonte, convirtiendo a la ciudad de la Alhambra en una de las cunas del flamenco en España. El cante jondo y el duende nacieron y viven en este barrio.

La ciudad granadina jugó y juega un papel determinante en esta disciplina artística, especialmente en el cante flamenco. Aquí nació el estilo de la zambra, flamenco tradicional granadino, un espectáculo formado por bailaores, músicos, jaleo y palmas. Otros palos de cante que surgieron aquí, son los fandangos, la granaína y la media granaína, además del tango de “Graná”.

Entre los siglos XVIII y XIX, cuando los escritores románticos llegaron a Granada, la zambra y el flamenco emergieron como una expresión artística apreciada en el mundo entero. Fue precisamente este reconocimiento, lo que convirtió al flamenco en una disciplina con forma y estilo musical concreto, sacándolo de la intimidad del folclore gitano.

Fue entonces cuando las cuevas flamencas del Sacromonte adquirieron fama y se convirtieron en una cita obligada para los viajeros, que visitaban este arrabal para disfrutar de la cultura gitana española más pura y auténtica. Este es el motivo por el cual, los artistas románticos pintaron a los andaluces siempre con trajes flamencos, porque los gitanos recibían a las puertas de la cueva vestidos así.

El Sacromonte granadino sigue siendo el lugar de referencia flamenca en esta ciudad y cuenta con numerosas zambras que celebran espectáculos diarios. Figuran como Chorrojumo, Manolo Caracol o María la Canastera, ayudaron a convertir a Granada en el referente flamenco que es hoy en día.

Sevilla y el flamenco un idilio centenario

Sevilla y el flamenco mantienen un idilio que se remonta a los inicios del cante jondo.  En esta ciudad, se respira flamenco por los cuatros costados, manteniendo vivo este legado artístico tanto en rincones emblemáticos, espacios específicos, festivales, eventos y tablaos flamencos.

Dentro de esta ciudad, el barrio de Triana es clave en la evolución del flamenco en Sevilla. Este barrio vio nacer y crecer este arte hasta el punto de convertirse en epicentro del flamenco durante los siglos XVIII y XIX. De hecho, numerosos artistas y maestros del cante jondo han nacido, crecido o empapado de las ‘costumbres flamencas’ de este barrio, tales como El Fillo, Naranjito de Triana o el Tío Antonio Cagancho o Esperanza Fernández, entre otros muchos cantaores, guitarristas o bailaores que han contribuido a la evolución de este arte andaluz.

Dada la actividad y creatividad flamenca que surgió aquí, no es casualidad que Triana cuente con un estilo propio de cante y baile flamenco conocido como la soleá de Triana.

Pero no ha sido la única aportación a este género artístico, ya que también se fraguaron otros estilos fundamentales del cante jondo como las seguiriyas, las soleares y las tonás. Y otros cantes y bailes festeros por excelencia, como son los tangos y las bulerías.

Bailaora de flamenco con castañuelas

Mientras que, a mediados del siglo XIX, en el arrabal trianero se cantaba en las tabernas, en el resto de la ciudad de Sevilla, el flamenco adquirió carácter público celebrándose espectáculos en teatros y cafés cantantes, lugares que son el origen de los actuales tablaos flamencos que salpican la ciudad del Guadalquivir.

En Sevilla, existen múltiples espacios en los que se pueden disfrutar del auténtico espíritu del flamenco. Entre los lugares de referencia, donde asistir un espectáculo en directo, se encuentra nuestro tablao. En El Palacio Andaluz rendimos cada día culto al verdadero flamenco. Casi una veintena de artistas dan vida a un show único, un recorrido por los diferentes palos flamencos, combinado con un tributo al clásico español.

Como puedes ver, el origen del flamenco en Andalucía está ligado a Sevilla, Granada y Jerez de la Frontera ciudades que son cuna de este mítico arte andaluz

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