Hablar de flamenco y no hacer referencia a Sevilla resulta una hazaña bastante complicada. Los vínculos que unen a la capital andaluza con este arte universal se remontan desde los inicios del cante jondo y continúan vivos hoy. Es un idilio que se palpa, se nota y se siente cuando uno pasea por esta ciudad. El flamenco en Sevilla se respira en el ambiente.

Aunque no se ha establecido un momento y lugar exacto del origen del flamenco, sí está claro que este arte nació en Andalucía, a orillas del Guadalquivir, de ahí que esta región tenga un papel clave en la historia y evolución del mismo. Fruto del legado que han ido dejando las diferentes culturas que han pasado por tierras andaluzas, el flamenco en Sevilla cuenta con influencias griegas, romanas y musulmanas, pero no será hasta el siglo XVIII cuando este arte adquiera un cariz profesional y comience a popularizarse. En esta evolución y apertura al público, surgieron tres focos importantes: Jerez de la Frontera, Cádiz y el barrio de Triana (Sevilla).

Triana está considerada  una de las cunas del flamenco en Sevilla. Este barrio vio nacer y crecer este arte hasta el punto de convertirse en epicentro del flamenco durante los siglos XVIII y XIX. De hecho, numerosos artistas y maestros del cante jondo han nacido, crecido o empapado de las ‘costumbres flamencas’ de este barrio, tales como El Fillo, Naranjito de Triana o el Tío Antonio Cagancho o Esperanza Fernández, entre otros muchos cantaores, guitarristas o bailaores que se nos quedan en el tintero.

Dada la actividad y creatividad flamenca que surgió aquí, no es casualidad que Triana cuente con un estilo propio de cante y baile flamenco conocido como la soleá de Triana.

Pero no ha sido la única aportación a este género artístico, ya que también se fraguaron otros estilos fundamentales del cante jondo como las seguiriyas, las soleares y las tonás. Y otros cantes y bailes festeros por excelencia, como son los tangos y las bulerías.

Figuras ya del siglo XX como Matilde Coral, Rafael el Negro, El Arenero, Milagros Mengíbar, Manuela Carrasco, Paco Taranto o Angelita Vargas, entre otros artistas, convirtieron este rincón sevillano en un referente para el arte flamenco. 

Disfrutar del flamenco en Sevilla

Mientras que, a mediados del siglo XIX, en el arrabal trianero se cantaba en las tabernas, en el resto de la ciudad de Sevilla, el flamenco adquirió carácter público celebrándose espectáculos en teatros y cafés cantantes, salones con tablao y sillas para los asistentes, lugares que se han convertido en los actuales tablaos flamencos que salpican la ciudad del Guadalquivir.

Que en Sevilla se siente el flamenco es evidente. Durante todo el año, la ciudad es un escenario dedicado al baile, el cante y la guitarra flamenca, no sólo por los innumerables locales que celebran espectáculos a diario, sino también por los festivales, eventos y actividades que se desarrollan y que permiten disfrutar del flamenco a propios y extraños.

Entre las múltiples alternativas que tienen los amantes del flamenco para disfrutar de este arte tan genuino, una de las mejores propuestas es ver un espectáculo en vivo en uno de los múltiples tablaos que hay en Sevilla.  Estos locales siguen manteniendo vivo el auténtico espíritu del flamenco, por lo que, sin duda, es la mejor opción para experimentar en primera persona la pasión y las emociones que posee este arte, reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Ver un show flamenco en Sevilla

Si te preguntas, dónde puedes ver un show flamenco en Sevilla, nuestra sugerencia es que visites El Palacio Andaluz. Este tablao cuenta con un espectáculo único en Andalucía, interpretado por el mayor elenco de artistas que existen para una actuación de estas características en la ciudad. Celebra dos pases diarios, a las 19:00 h y a las 21:30 h, y puedes elegir entre ver la función con consumición o cena.

Si quieres envolverte en un ambiente único, con marcado sello andaluz, y descubrir la esencia de este arte universal, no dudes en hacer tu reserva online en El Palacio Andaluz. Disfrutarás del flamenco más puro y tradicional, en el emblemático barrio de la Macarena.