¿De dónde surge el interés por el flamenco en Japón? Que la pasión que desprende este arte ha conquistado el corazón de los japoneses es un hecho más que evidente. Un flechazo que ha roto barreras, llegándose a considerar al país nipón como la segunda patria de este género. Pero, ¿cómo se originó este idilio?
El flamenco es un arte que tiene su origen en Andalucía y una de las manifestaciones culturales más conocidas en el mundo. Un género que traspasa fronteras y prueba de ello es la popularidad que tiene en rincones del mundo como Japón. Es pura expresión de sentimientos, por eso, ha sido capaz de atraer la atención y el interés de tantas personas.
De hecho, el país del sol naciente se ha convertido en todo un referente de este arte y se dice que cuenta con más academias de flamenco que España. Mito o realidad, lo cierto es que son muchos los japones que visitan tierras andaluzas para sumergirse en esta cultura y profundizar en sus tradiciones, forma de vida y, por supuesto, en el flamenco.
Además de viajar a España para disfrutar de sus bondades, los japoneses visitan nuestro país para aprender cante, baile y toque de guitarra de la mano de los mejores artistas. La curiosidad del flamenco en Japón nació en torno a los años 20, coincidiendo con el estreno de la película “Amor Brujo”, de Antonia Mercé, más conocida como “La Argentina”.
Sin embargo, el empujón definitivo tuvo lugar después de la II Guerra Mundial, cuando el país nipón se incluyó como destino para la gira de grandes artistas del momento, como el bailaor Antonio Gades o el guitarrista Paco de Lucía.
Por otro lado, la película Los Tarantos, estrenada en 1963, jugó también un papel muy importante y tuvo un gran éxito en la sociedad japonesa.
Al ser pura expresión de sensaciones y sentimientos profundos, el flamenco en Japón ha liberado a los nipones en muchos sentidos. Con un carácter más sobrio que el nuestro, este arte ha sido y es vía de manifestación artística, sobre todo en las mujeres.
De hecho, una curiosidad que pocos conocen es que tan solo en la ciudad de Tokio existen más academias para aprender flamenco que en todo el territorio español.
Algunos investigadores apuntan que el origen del interés por el flamenco en Japón puede estar vinculado con la semejanza que tiene el cante andaluz con un cántico de música tradicional japonesa (la voz ronca y algunos acordes).
Entender el ritmo, los compases, los movimientos y la coordinación del flamenco entraña cierta dificultad para aquel que no es experto, pero eso no es impedimento para que bailaores, guitarristas y cantaores tengan una gran acogida cuando actúan en Japón. Y tampoco ha sido obstáculo para que Yoko Komatsubara o Shoji Kojima, dos grandes del flamenco en Japón, se hayan convertido en auténticos referentes tanto en su país, como en España.
Y así, a pesar de ser referente de la tradición andaluza, el flamenco ha conseguido conquistar a personas de todo el mundo y con culturas muy diferentes.
Actualmente, en Japón hay dos federaciones a nivel nacional que dedican su actividad exclusivamente a ello. Una de ellas está formada por universitarios, quienes dedican las vacaciones de veranos a visitar Andalucía para aprender con más profundidad el baile, cante y toque andaluz.
Por otro lado, el Instituto Cervantes, una organización pública dedicada a promocionar la cultura española y de los países hispanoparlantes a nivel internacional, abrió en Tokio, en 2007, la que es la sede más grande en el extranjero.
Japón ha sabido entenderse a la perfección con la tradición flamenca, importando los elementos flamencos y llevándolos a una nueva expresión. Son muchos los turistas provenientes del país nipón que visitan Sevilla para disfrutar de un buen espectáculo flamenco en directo y en el ambiente mágico de un tablao.
Una muestra de que el duende flamenco surge en los lugares más inesperados. ¡Qué viva el arte andaluz!
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