En Sevilla se respira flamenco. El flamenco y Sevilla mantienen un idilio que viene de lejos, una conexión que está latente en muchos de los rincones de esta ciudad, donde se respira, se siente y se hace flamenco. Existen muchos referentes del flamenco en Sevilla y te invitamos a descubrirlos en este artículo.
Aunque existen muchas discrepancias sobre el origen de este arte, hay quiénes lo sitúan en la provincia de Cádiz, lo cierto es que el flamenco no hubiese sido lo que es hoy sin la influencia sevillana y en especial, de los artistas del conocido barrio de Triana.
Para llegar a este arrabal sevillano, cuna y referente de grandes figuras, hay que atravesar el puente de Isabel II, más conocido como “puente de Triana”. Una vez allí, podrás sentir cómo las huellas del flamenco por la mayoría de sus calles. Compás, arte y sentimiento te acompañarán si te das un paseo por los rincones de este increíble barrio sevillano.
En esta parte de Sevilla, vieron la luz muchos referentes del flamenco e importantes cantaores en una época en la que este arte estaba en pleno apogeo. Hablamos, por ejemplo de “El Fillo”, uno de los pioneros del cante flamenco que marcó época con la seguiriya, uno de los palos flamencos más antiguos y sombríos.
El arrabal trianero también ha sido refugio para artistas que llegaban a la capital hispalense con el objetivo de labrarse un futuro. Es el caso de “Frasco el Colorao”, natural de Puerto Real (Cádiz) o Antonio Cagancho, quien inició la tradición flamenca y cantaora de la familia Cagancho.
La contribución flamenca de este barrio sevillano culmina con la creación de un cante y baile original de esta orilla del Guadalquivir, la soleá de Triana, estilo flamenco predilecto de muchos cantaores, especialmente de aquellos que prefieren los cantes pa´lante, que hacen referencia a aquellos en los que el cantaor tiene todo el protagonismo, actuando solo en el tablao o acompañado de algún instrumento musical, que suele ser una guitarra.
La soleá de Triana se caracteriza por las falsetas de guitarra que enriquecen la melodía y acompañan el baile. Un estilo forjado por grandes voces como La Serneta o Ramón el Ollero y en las composiciones de grandes artistas como La Andonda de Tomatito.
Mientras, al otro lado del río, tenemos que hablar del considerado como el “Rey de los cantaores” de la época, Silverio Franconetti, impulsor de los cafés cantantes, de los que son herederos los tablaos actuales.
Franconetti ha sido el principal artífice de la transición a la llamada “Edad de oro del Flamenco”, pues insistió para que el estilo del cante jondo fuera considerado un “arte mayor”. Además, supo entender el flamenco como un arte para todos, sacándolo de la privacidad de las casas y celebraciones familiares y llevándolo a escenarios para deleite del público.
De Sevilla, es también Pastora Pavón, más conocida como “La Niña de los Peines”, quien debutó con tan solo ocho años en una caseta de la Feria de Sevilla, sustituyendo a su hermano Tomás, también cantaor. Tampoco podemos olvidarnos de Manolo Caracol, Antonio Mairena o Manuel Vallejo, entre otros. Todos ellos han tenido un papel determinante en la evolución del flamenco, creando tendencias y marcando estilo.
En cuanto a los palos flamencos, nos encontramos con que, históricamente, lo que más presencia han tenido en Sevilla han sido las ya nombradas seguiriyas, las tonás, martinetes, tangos y bulerías.
Y, por supuesto, no podemos olvidarnos de las sevillanas, que, como su propio nombre lo indica, son originarias de la provincia hispalense. Este baile es quizá uno de los más conocidos y populares en el mundo, un estilo que ha experimentado una gran expansión, ya que tienen gran presencia en las distintas romerías, ferias y otras festividades del país.
Sus pioneros fueron los hermanos Toronjo, aunque la revolución de este género no llega hasta que los hermanos Reyes llevaron a cabo cambios en su melodía, evitando repetir las letras en las cuatro partes que componen una sevillana.
Sevilla es, en definitiva, una ciudad en la que el flamenco está muy presente. Sus calles sirven como escenario para muchos artistas, que ofrecen a los viandantes otra forma de acercarse a este arte. Además, existen muchas calles, placas, plazas y monumentos con referencia a artistas emblemáticos de esta ciudad.
Además, encontrarás numerosos tablaos, como El Palacio Andaluz, en el que se mantiene vivo el espíritu flamenco, ofreciendo espectáculos diarios para el deleite de los visitantes. Son lugares en los que se siente, vive y se transmite la forma más pura de este arte.
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