La guitarra flamenca es un elemento indispensable en un tablao. Hoy en día es imposible imaginar un espectáculo flamenco sin la presencia de este instrumento, pero, aunque parezca increíble, esto no siempre ha sido así.
La guitarra se incorporó al flamenco para acompañar al cante. Poco a poco ha ido ganando terreno hasta convertirse en todo un referente de este arte, gracias a la aportación de muchos artistas que con su maestría han hecho aún más grande a este instrumento.
La guitarra flamenca es una de las variantes de guitarra española, siendo la más popular y conocida dentro y fuera de España. Los orígenes del flamenco se remontan al siglo XVIII, un arte que posee influencias de varias culturas como la cristiana, judía, gitana y árabe.
En el sonido de la guitarra flamenca está presente esa mezcla cultural, a pesar de que no fue hasta el siglo XIX, cuando gracias a la popularidad que alcanzaron los tablaos flamencos, la guitarra se sumó al cante que, hasta entonces, había prescindido de cualquier instrumento musical.
De hecho, los cantes “a palo seco”, son un legado de aquel cante primitivo que interpreta el artista sin acompañamiento alguno, siendo la voz el único soporte.
Aunque hay diversas teorías sobre cuándo la guitarra flamenca empezó a formar parte de un espectáculo de cante y baile, existe una primera referencia en 1850, de la mano de Francisco Rodríguez ‘El Murciano’.
Cuando guitarra y flamenco se fusionaron comenzaron a consolidar el arte flamenco tal y como lo conocemos en nuestros días. La introducción de la guitarra flamenca ayudó a estructurar los palos flamencos y regular los esquemas del cante, otorgándoles entradas y salidas con el acompañamiento melódico de la guitarra.
A la incorporación de la guitarra, le siguieron otros instrumentos como el cajón flamenco, la flauta o el violín, que son fusiones más propias del flamenco más actual.
Aunque a simple vista, la guitarra flamenca y la clásica parecen igual, en realidad son distintas. Cada una tiene sus propias características y técnicas para tocarlas. Además, la música que se interpreta para uno y otro estilo también es diferente.
En cuanto a las principales diferencias que hay entre una y otra guitarra destacamos las siguientes:
La guitarra flamenca es más ligera y pequeña que la que la clásica.
Las guitarras de flamenco suelen estar fabricadas de madera de ciprés, un material que otorga brillantez al sonido y se adapta muy bien a las características de este género musical. Las clásicas se suelen hacer con palo de santo y cedro.
Otra característica que diferencia a una y a otra es la caja, más estrecha en la guitarra flamenca para que la sonoridad sea menor y no eclipse la voz del cantaor. Las barras armónicas también están colocadas de manera distinta.
Estas pequeñas diferencias hacen que una y otra guitarra suene diferente, adaptándose cada una a las exigencias y características de su estilo. En el caso de la guitarra flamenca, el sonido es más percusivo, agudo y seco para que encaje perfectamente en el acompañamiento del cantaor sin robarle protagonismo.
La guitarra flamenca es un instrumento que ha evolucionado a lo largo del tiempo, una evolución a la que han contribuido mucho los artistas, siendo en la década de los años 70 cuando alcanzó su máximo esplendor gracias a intérpretes como Paco de Lucía, maestro y referente para guitarristas, y un artista muy venerado por los amantes del flamenco.
Otros intérpretes que han contribuido al engrandecimiento de este instrumento han sido Tomatito, Sabicas, Manolo Sanlúcar, Pepe Habichuela, Gerardo Núñez, Paco Serrano, Vicente Amigo, Paco Peña, Ricardo Miño o Diego Carrasco, a sabiendas que nos dejamos en el tintero a muchos otros ‘tocaores’.
Hoy en día, en la mayoría de espectáculos flamencos se puede disfrutar del cante, baile y la guitarra, tres elementos que enlazan en perfecta armonía ofreciendo al público flamenco en su estado más puro y auténtico. También es habitual, disfrutar de solos de guitarra, acompañados con castañuelas.
Ven a ver tocar la guitarra flamenca en directo, ¡reserva tu entrada online!
© 2024 El Palacio Andaluz. Todos los derechos reservados.