El flamenco es un arte que no deja indiferente a nadie. A lo largo de sus historia, ha llamado la atención de diferentes disciplinas artísticas. Del baile, el cante y el toque encontramos múltiples referencias en el cine, la literatura, la escultura o la pintura, entre otras. Quizá la vinculación más cercana es la que existe entre el flamenco y poesía, por estar implícita en las letras que se interpretan en forma de coplas o poesías populares.
No es la primera vez que hacemos referencia a las letras en el flamenco y la carga sentimental que tienen, pero hoy vamos a fijar la atención en la pintura y cómo diferentes artistas han inmortalizado la esencia del flamenco a través del pincel a lo largo de la historia.
Pintores españoles como Picasso, Julio Romero de Torres, Santiago Rusiñol o Sorolla han plasmado las formas, colores, expresiones y sentimientos flamencos a través de sus obras. Pero no son los únicos, porque a esta lista hay que añadir otros artistas de la talla de Henri Matisse, Robert Delanay, Gustave Doré o Francis Picabia, quienes también han reflejado la pasión del flamenco en sus cuadros.
Son varios los motivos que han llevado a estos artistas a plasmar en su pintura escenas del baile, el cante o el toque flamenco. A Gustave Doré, la búsqueda romántica de exotismo le llevó a esbozar sus primeras referencias de flamenco, cuando allá por el siglo XIX, recorrió España para realizar una serie de reportajes para una revista de viajes.
Este artista plasmó en sus ilustraciones escenas populares del arte flamenco, momentos de los que disfrutó en los primitivos cafés cantantes, ventas o barrios de Andalucía.
Sus dibujos atestiguan el nacimiento de movimientos como la escuela bolera y los nuevos estilos que surgieron como el jaleo de Jerez, la Malagueña o el zapateado.
Buscando la inspiración en España, el pintor impresionista Edouard Manet se topó con el flamenco y prueba de ello son obras como “El cantante español” y “Lola de Valencia”, un retrato que dedicó a la primera bailarina de la compañía del Ballet español de Camprubí.
La corriente costumbrista se fijó en la parte más lúdica del flamenco, reflejando los momentos más festeros que tenían lugar en reuniones, juergas o bodas. Artistas como José Villegas retrató a Pastora Imperio y Ignacio Zuloaga fue otro artista que sintió atracción por escenas de las costumbres andaluzas, con el flamenco como protagonista.
Si hay un pintor que se asocia al flamenco, ese es Julio Romero de Torres, quien prestó especial atención en la mujer andaluza, tal y como se refleja en sus obras pictóricas. Este artista retrató también a Pastora Imperio, además de a La Niña de los Peines y La Argentinita.
Joaquín Sorolla, Gonzalo de Bilbao, Gustavo Bacarisas y José López Mezquita también tuvieron a bien reflejar las costumbres y tipos flamencos en sus cuadros, desde sus diferentes características artísticas.
El baile es el elemento que más se repite en sus pinturas, dadas las posibilidades que ofrece la vistosidad de los trajes, los colores y los movimientos de los bailaores y bailaoras.
A principios del siglo XX, las corrientes más vanguardistas se fijaron también en el flamenco como un arte para dejar plasmado a través de la pintura. En este sentido, Dalí y Picasso son los más conocidos, artistas que, además de pintar sobre el flamenco, estuvieron muy vinculados este arte por su forma de vida y su amistad con personajes flamencos.
También Lorca tuvo su faceta como pintor. Aunque a Federico se le conozca más por su trayectoria literaria, el artista granadino dejó muchos dibujos con clara inspiración flamenca.
Estamos seguros que nos dejamos en el tintero un sinfín de artistas que han tratado el flamenco en sus pinturas. Con este recorrido, tenemos una prueba de la importancia e influencia que el flamenco ha tenido y sigue teniendo en las diferentes disciplinas artísticas. ¡Que viva el arte flamenco!
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