Resulta complicado mencionar a Sevilla y sus virtudes sin hacer alusión al flamenco. Pero hablar de Sevilla y no hablar de Triana, si nos referimos a esta cultura musical, es reto imposible.
Triana es considerada históricamente una de las cunas de este maravilloso arte centenario que desde el Siglo XVIII emana flamenco por cada rincón que la conforma. Por ello, si hay algo que debamos de tener claro, a pesar de las diferentes disputas sobre el origen de este arte, es que el barrio de Triana ha sido una pieza clave para su gestación y uno de sus principales escenarios.
Este barrio vio nacer y crecer a numerosos artistas y maestros flamencos como El Fillo o El Solitario que han dado brillo a Triana desde tiempos pretéritos. No es casualidad que la otra mitad del Guadalquivir cuente con un estilo propio de cante y baile flamenco conocido como La Soleá de Triana. Palo que, aunque nacido en Cádiz, ya está incrustado en la idiosincrasia trianera y conforma seguramente, la más antigua, o al menos, la más remota alusión a Triana.
Se cuenta que las primeras muestras de flamenco trianero se hacían en pequeñas reuniones y encuentros familiares. A pesar de su proximidad física, la vida flamenca de Sevilla y Triana sufría diferencias. Según Manuel Bohórquez Casado («Rito y Geografía del Cante”) en Triana se cantaba en las tabernas, donde se entablaban duelos entre figuras trianeras del cante. En Sevilla, a mediados del Siglo XIX, adquirió carácter público representándose en teatros y cafés cantantes, unos salones con tablao y sillas para el público.
El inventor de estos cafés fue el cantaor y empresario sevillano Silverio Franconnetti (1831-1881), cuya labor, aunque fue cuestionada por algunos intelectuales contrarios al plano público del flamenco, fue decisiva para la dignificación del arte con más solera que se haya conocido. Con la evolución los cafés cantantes y la proliferación de la escena pública surgieron los actuales tablaos flamencos.
Hoy en día, en Triana existen una serie de locales que se han hecho famosos a lo largo de los años por mantener vivo el auténtico espíritu del flamenco más familiar y resguardado. Ambientes que en muchos casos recrean la famosa cita de Serafín Estébanez Calderón, El Solitario.
“El concurso se animaba, se enardecía, tocaba en el delirio. Uno recogía la pandereta, y volviéndola y revolviéndola entre los dedos, animaba el compás diestra y donosamente. Aquél con las palmas sostenla la medida, y según costumbre ganábase, para después del baile, con el tocador; un abrazo de la bailadora. Todos aplaudían, todos deliraban…»
«¡Quién podrá explicar ni describir ni el fuego, ni el placer; ni la locura, así como tampoco reproducir las sales y chistes que en semejantes fiestas y zambras rebosan por todas partes y se derraman a manos llenas y perdidamente!” -Un baile en Triana-
En Triana nació el cante y el baile flamenco, con un aire y un estilo tan personal, que le imprime un carácter único, que huele a esencia.
Si quieres vivir la cultura flamenca en Sevilla ven al Tablao El Palacio Andaluz con los mejores bailaores. También disponemos de opción a copa y cena, para hacer tu experiencia ¡inolvidable!
© 2024 El Palacio Andaluz. Todos los derechos reservados.