La rumba flamenca es un palo flamenco festero muy habitual en celebraciones y ferias. Un ritmo alegre que cuando suena invita a mover el cuerpo. Este estilo deriva de la rumba cubana, guaguancó. Llegó a España, gracias a los intercambios comerciales que hubo con Latinoamérica durante los siglos XIX y principios del XX, época en la que se importaron varios géneros musicales.
Tras aflamencarse, estos estilos dieron lugar a palos flamencos, como los tangos y, derivados de este, la rumba, aunque con una mayor celeridad y abandonando el contratiempo tan típico de los tangos. Como ocurre con otros estilos, no queda del todo claro cuál pudo ser el origen de la rumba flamenca. En lo que hay unanimidad es que el ritmo alegre recuerda al guaguancó, a la guaracha y a las rumbitas campesinas, procedentes de Cuba.
La rumba, no deja de ser una derivación de los tangos flamencos, por lo que de la mezcla de todos estos estilos dio lugar a la rumba que conocemos hoy en día, que se ha convertido en uno de los bailes más asiduos en cualquier celebración. Es un palo que compite en alegría y energía con las bulerías.
También conocidas como chuflas, en su asentamiento flamenco tuvo especial relevancia una de las ciudades andaluzas más flamencas junto a Sevilla, Cádiz. De hecho, los primeros rumberos flamencos son gaditanos, como la cantaora Pepa de Oro, una de las pioneras de este género. El auge de la rumba se da en los años 60 del siglo XX, con artistas como El Chaqueta, Beni de Cádiz y Chano Lobato, entre otros.
La rumba flamenca es un estilo con diferentes tonalidades (mayor, menor, dórica o modal andaluza). De hecho, no solo es uno de los más bailados, sino que cualquier canción puede adaptarse a sus ritmos, por eso nos encontramos con que numerosos artistas la utilizan para hacer variaciones «flamenquitas» a sus canciones.
Algunos como Ricardo Gaberre, conocido como el «Junco»; Paco de Lucía; Los Chunguitos; Los Chichos; El Fary; Las Grecas; Azúcar Moreno, Rosario Flores o Los del Río.
En cuanto al compás, el de la rumba flamenca es binario. Sin embargo, lo que más la caracteriza es un rasgueo de guitarra que la acompaña durante el cante y cuyo origen se encuentra en la rumba cubana que antes mencionamos.
El baile también cuenta con elementos que lo hacen único, ya que es muy movedizo. Se juega mucho con los hombros, la cadera y la pelvis, emitiendo cierta sensualidad, lo que también recuerda a los bailes cubanos.
Otro elemento es el sonido percusivo de las palmas, ya que marcan los tiempos y acompañan a ese baile tan alegre que, normalmente, los bailaores de flamenco hacen en solitario, con desplantes exageraos, torsiones del cuerpo y movimientos muy marcados, parecidos casi a convulsiones.
Es uno de los bailes flamencos que más se presta a la improvisación, ya que aunque se usen pasos característicos del flamenco, la verdadera juerga surge cuando te dejas llevar por el ritmo y la música.
Otra de las formas más conocidas de la rumba flamenca, es la rumba catalana, que nace en la comunidad gitana de Barcelona, en los años 60. Se dice que es una derivación de la flamenca, ya que aunque tiene ritmos similares, también contiene algunas diferencias que la hace un género musical propio.
Es una fusión de cantes catalanes y andaluces, siempre con la base de la rumba cubana. En su interpretación, participa el cante, baile, guitarra, bongós, piano, teclados electrónicos e incluso timbales. Artistas de la talla de Antonio González «El Pescaílla» o Peret, la sacaron de Barcelona al panorama nacional e internacional.
En los años 70, Gato Pérez acerca el género al jazz y la salsa, dando otra vuelta de tuerca a la rumba catalana y alejándola cada vez más de la rumba flamenca que hasta entonces se había ido escuchando.
Sea como fuere, lo importante es que cuando escuches una rumba flamenca te animes a bailarla y te dejes llevar por el ritmo de su música. ¡Disfruta del flamenco sintiéndolo y viviéndolo!
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