El tablao flamenco forma parte de este arte universal y, sin duda, es el lugar idóneo para disfrutar de un espectáculo flamenco con mayúsculas. Pero, ¿sabes realmente qué es?
Si lo sabes, quédate porque vamos a descubrir algunas curiosidades sobre la evolución y el origen del tablao flamenco. Si no tienes claro lo que es, prepárate a descubrir la razón por la que tienes que visitar un lugar como este, si quieres encontrarte con el duende y arte flamenco.
Retomemos la pregunta de inicio, ¿qué es un tablao flamenco? Digamos que es un locales en el que se celebran shows flamencos y que poseen un ambiente con referencias a este arte andaluz, es decir, son lugares que conservan la tradición flamenca.
Se llama ‘tablao’ porque la tarima sobre la que actúan los artistas es de madera, un material que posee un sonido de calidad para el ‘zapateado’ y, además, ayuda a proteger las articulaciones de los bailaores.
En el tablao flamenco el baile y el cante se enlazan en perfecta armonía ofreciendo al público un flamenco en su estado más puro y auténtico. No en vano, estos espacios son conocidos también como ‘templos flamencos’, dada su contribución a la recuperación y mantenimiento de este arte andaluz a lo largo de su historia.
El flamenco es un arte de sentimientos, emociones que están latentes en las actuaciones de los artistas. Es durante la interpretación de un palo flamenco, cuando se crea una comunicación emocional que llega al espectador de una manera intensa e inigualable.
Solo si acudes a un tablao podrás sentir vibrar el escenario con un zapateao, contagiarte por el compás o sumergirte en lo más hondo del flamenco porque ver un espectáculo flamenco en directo facilita esa transmisión de la esencia del cante y del baile y, por tanto, es un arte que despierta los sentidos.
Aunque parezca que el tablao flamenco siempre ha estado ahí, su origen es relativamente reciente, si lo comparamos con el nacimiento del arte flamenco.
Los primeros tablaos surgieron a mediados del siglo XX, sustituyendo a los antiguos cafés cantantes, que fueron los primeros espacios en los que se mostraba el flamenco para el público en general, dado que hasta entonces el flamenco había estado restringido a celebraciones familiares o a actuaciones improvisadas en ventas y tabernas.
Estos cafés cantantes se instalaron en diferentes puntos de las geografía española, pero contaron con mayor arraigo en Cádiz, Sevilla y Madrid, lugares donde dieron sus primeros pasos maestros de este arte como Silverio Franconetti, Enrique el Mellizo o la Niña de los Peines.
De hecho, los tablaos flamencos han servido de trampolín para los artistas más importantes dentro del mundo flamenco. Se puede decir que las grandes figuras de este arte han pasado por algunos de los tablaos más conocidos e importantes, sirviendo de aprendizaje y posterior salto a la fama.
Además, los expertos coinciden en señalar que el fenómeno de los tablaos flamencos sirvió como punto de encuentro de músicos y estrellas del cante y el baile flamenco como Paquera de Jerez, Gaspar de Utrera, Lebrijano, Cañeta, Fosforito, Farruco, María Vargas, Beni de Cádiz, Chato de la Isla, Manolo Sanlúcar, Paco Cepero, Manuela Carrasco, Terremoto, Paco Toronjo, Camarón, José Mercé o Enrique Morente, entre otros muchos genios de este arte.
En los años 60, el tablao tiene su momento culminante, época también en la que el flamenco se convierte en un arte universal, siendo Andalucía su punto de referencia y cuna, de ahí que sea en este región donde se encuentren numerosos tablaos flamencos, sobre todo, en las provincias de Granada, Córdoba, Cádiz y Sevilla.
El tablao flamenco se convirtió en un punto de encuentro no sólo para los artistas que iniciaban su carrera en el mundo del flamenco, sino también para el público que acudía a disfrutar de sus espectáculos en estos espacios, donde se derrochaba arte y alegría.
El auge de los tablaos hizo que fuera habitual ver a personajes conocidos del mundo de la farándula y la política en estos locales a los que acudían para dejarse ver. Los fotógrafos y reporteros de la época también se hicieron eco de esta ‘revolución flamenca’, que provocó que las estrellas de Hollywood que pasaban por España incluían en su agenda disfrutar de una buena juerga flamenca.
Fue una época en la que surgieron grandes cantaores flamencos como Camarón de la Isla o Enrique Morente, y guitarristas como Paco de Lucía, quiénes fueron partidarios de la modernización del flamenco y su la universalización, gracias al interés de las discográficas internacionales por este arte.
En un tablao flamenco se miman los detalles para que el público disfrute al máximo de cada actuación. Se tiene que cuidar desde la distribución de los asientos, hasta la decoración, la iluminación y el sonido.
En un espectáculo flamenco, la acústica es muy importante. En el caso del suelo, este debe transmitir un sonido de calidad, limpio y pontente, teniendo en cuenta que el taconeo de los bailaores y bailaoras, forman parte de la interpretación y la percusión del palo flamenco.
En la actualidad, los tablaos flamencos continúan siendo un lugar de referencia donde disfrutar del cante y el baile flamenco. Están considerados como los espacios más adecuados para saborear y vivir el flamenco en su estado más natural.
Si visitas Sevilla, te invitamos a conocer el Tablao Flamenco El Palacio Andaluz, que cuenta con un espectáculo que es único en Andalucía por el número de artistas que se suben cada noche al escenario. Podrás disfrutar de un espectáculo que hace un recorrido por el flamenco más puro y tradicional, pero que incluye también piezas más innovadoras como la adaptación flamenca de la ópera ‘Carmen’ de Bizet.
Si quieres encontrarte con el duende flamenco en un ambiente que guarda la estética de los antiguos cafés cantantes sevillanos, no dudes en visitar nuestro tablao flamenco. ¡Te esperamos!
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