Sevilla es una ciudad de gran riqueza cultural, un valor que la convierte en uno de los destinos más atractivos para miles de personas de todo el mundo. Es cuna del flamenco, posee un amplio patrimonio monumental, cuenta con una rica gastronomía y sus fiestas son un referente mundial. La Semana Santa en Sevilla es un ejemplo de ello.
El valor estético de estas fiestas religiosas sevillanas ha llamado la atención de propios y extraños desde hace siglos. La fama de esta celebración, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional en 1980, no es reciente, sino que allá por el siglo XVI ya tenía reconocimiento en el extranjero, momento en el que se crearon la mayoría de cofradías actuales.
Lo que se conmemora cada año es la Pasión de Cristo, días en los que la ciudad de Sevilla se transforma. Se llena de miles de visitantes interesados en conocer como es esta particular fiesta. Porque aunque la Semana Santa de Sevilla es una cita religiosa, también una fiesta que se vive con intensidad.
Los ritmos del día a día se alteran. La fisonomía de la ciudad cambia. Los nazarenos, costaleros, penitentes, acólitos y numerosos cofrades inundan las calles para acompañar y disfrutar de las más de setenta hermandades que hacen estación de penitencia durante esta semana tan especial en Sevilla. Unos días para vivir y sentir en la ciudad del Guadalquivir.
Al parecer, el origen de la Semana Santa sevillana guarda relación directa con el nacimiento de las cofradías. Existen, incluso, documentos históricos que demuestran la existencia de cofradías en Sevilla desde el siglo XIII, como agrupaciones de fieles que vivían la religiosidad, de modo discreto, en el interior de templos y conventos.
Todo parece indicar que la primera procesión de Semana Santa de Sevilla se inició con el Vía Crucis a la Cruz del Campo, una costumbre que instauró el Marqués de Tarifa, Fadrique Enríquez de Ribera. En 1521 llegó a la ciudad procedente de Jerusalén.
Al parecer, quedó tan sorprendido del Vía Crucis de doce estaciones que se celebraba en Tierra Santa, que decidió hacerlo en Sevilla el primer viernes de marzo.
El trayecto se iniciaba en su residencia, la Casa de Pilatos, y llegaba hasta la Cruz del Campo. Este recorrido simbolizaba los 997 metros que Jesús caminó desde el pretorio de Pilatos hasta el Gólgota, lugar en el que fue crucificado. Este Vía Crucis se popularizó en Sevilla y comenzó a repetirse cada año el primer viernes de marzo.
Las primeras comitivas no procesionaban imágenes, sino que llevaban solo una cruz parroquial y el sacerdote un crucifijo. Fue a mediados del siglo XVI, cuando el Concilio de Trento recomendó sacar pasos a la calle para llegar a más fieles, momento en el que las hermandades empezaron a portar sus imágenes.
Fue en 1604 cuando el cardenal Fernando Niño de Guevara ordenó a las cofradías asistir a la Catedral para hacer Estación de Penitencia y a las hermandades del barrio de Triana hacerlo en la parroquia Mayor de Santa Ana, dadas las dificultades que había para cruzar el río Guadalquivir. Hasta 1873, las cofradías siguieron procesionando hasta la Cruz del Campo.
Así nace la actualmente denominada «carrera oficial», tránsito común a todas las cofradías, con la que se reglamentó las procesiones y, además, se institucionalizó la fiesta y la devoción popular. De este modo, las cofradías sevillanas se dividieron en penitenciales o de luz. Las primeras podían ser, además, de sangre o de disciplina y el objetivo era el de promover el culto y la contemplación de la pasión de Cristo.
Durante el siglo XIX, la Semana Santa de Sevilla sufrió varios contratiempos que afectaron a su desarrollo como fue la invasión francesa, la desamortización de Mendizábal o la Revolución de 1868, entre otros. Pero fue la infanta Luisa Fernanda de Borbón quien le dio un importante impulso y la restauración borbónica favoreció la aparición de nuevas hermandades, convirtiendo la Semana Santa de Sevilla en un reclamo turístico, que continúa vivo hoy en día.
Como todo, la Semana Santa en Sevilla cuenta con un sinfín de anécdotas y curiosidades, entre las que destacamos los siguientes datos sobre los orígenes de algunas de las Hermandades más populares de Sevilla:
La Hermandad del Silencio o Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla es tal vez la más antigua y fue fundada en 1340, aunque la tradición oral sitúa su nacimiento un poco más tarde en 1355.
La Hermandad de la Hiniesta, refundada en 1879, tras dos siglos sin vida, procede de otra hermandad que ya existía en el siglo XV.
La Hermandad Sacramental de la Esperanza de Triana es pionera en el barrio de Triana y una de las más antiguas de Sevilla. En 1418 se fundó como una hermandad de luz con el título de la Esperanza, establecida en la Real Parroquia de Señora Santa Ana y relacionada con el gremio de los ceramistas. En los documentos históricos de esta Hermandad, reza que en 1542 se fusionó con otra corporación, llamada de San Juan Evangelista, del gremio de pescadores.
El origen de la cofradía conocida popularmente como «Los Negritos» está vinculado con el Hospital de Nuestra Señora de los Reyes, fundado por el arzobispo don Gonzalo de Mena y Roelas en 1393.
La Hermandad del Gran Poder, una de las más conocidas y populares de la Semana Santa sevillana, fue fundada en 1431, bajo el título Cofradía del Poder y Traspaso de Nuestra Señora y Honra de San Juan Bautista, figuró como cofradía de luz en el Convento de Santo Domino de Silos de la orden de San Benito. Su fundación está vinculada con el protectorado del Ducado de Medina Sidonia.
El Valle está formada por la fusión de dos hermandades del medievo sevillano: la de la Santa Faz, fundada en 1450, y la de la Coronación de Cristo, fundada en 1540.
Todo apunta que Montesión tiene su origen en un grupo de disciplinantes, reunidos en torno a un Crucificado en el siglo XIV, que se establecieron en el monasterio de Santa Paula a finales del XV, donde actualmente se encuentra dicho Crucificado, bajo el nombre del Coral.
San Benito fue reorganizada en 1921 y procede de otra hermandad que poseía un Hospital a principios del siglo XVI en Triana.
La Hermandad de la Quinta Angustia se formó en el año 1500 en el convento del Carmen, aunque sus primeras reglas son de 1541.
La Hermandad del Cristo de Burgos, aunque sus reglas datan de 1943, se fundó en 1888, momento en el que cofrades de la hermandad del Buen Fin se trasladaron a San Pedro por problemas con la comunidad franciscana. Al no poder llevarse las imágenes, tomaron la de otra hermandad que existió en el siglo XVI, conocida como «la de los estudiantes».
La Hermandad y Cofradía del Santo Crucifijo y Nuestra Señora de Gracia, del convento de San Agustín, desapareció a finales del siglo XIX y su Cristo se perdió en el incendio de 1936, pero se hizo una reproducción y en la actualidad, es titular de la hermandad de San Roque.
La Semana Santa en Sevilla es una celebración que se vive intensamente en la calle. Las procesiones empiezan por la tarde y acaban de madrugada llenando la ciudad de imágenes religiosas, pasión y olor a incienso. ¡Todo un arte para vivir y disfrutar!
© 2024 El Palacio Andaluz. Todos los derechos reservados.