El flamenco es mucho más que cante, baile y guitarra. Es tradición y cultura y esto es algo que se refleja, incluso, en las letras del cante flamenco. Este arte universal es fruto del mestizaje y, para muchos, es también una forma de vida. Este contacto con la vida cotidiana, con los sentimientos y las emociones está latente en las composiciones de los palos flamencos, donde se habla de amor, muerte, alegría o tristeza, entre otras.
Con el paso del tiempo, este género artístico ha ido evolucionando en todos sus aspectos. Ha incorporado instrumentos como el cajón; ha añadido elementos como el abanico o el mantón; ha integrado nuevos sonidos; o, incluso se ha fusionado con otros géneros musicales como el jazz. En las letras que interpretan los cantaores también se nota esa adaptación a cada momento. A los temas recurrentes como el amor o la muerte, se han ido sumando otros como la soledad o la protesta social y política.
Las letras en el cante flamenco son un medio de expresión, mensajes que el cantaor hace suyo poniendo sus sentimientos durante su interpretación. De ahí que, en el cante flamenco, el lenguaje no verbal sea tan importante para estos artistas.
La temática y el estado de ánimo con el que se canta lo marca el palo flamenco que se interprete. Cada uno está pensado para tocarse en un momento determinado. Por ejemplo, las sevillanas, por su ritmo, son propias de un ambiente festivo. Es tal vez el palo flamenco más universal y conocido y es habitual bailarlo en las ferias andaluzas. Sin embargo la soleá o el fandango son cantes más solemnes y que abordan sentimientos más profundos.
Otra cualidad que tienen las letras del cante flamenco son la forma como se cantan, con acento andaluz. Los versos se adaptan a este habla, otorgándole además un toque agitanado, lo que permite que se alarguen o acorten las palabras con el fin de adaptarlas a la métrica. Por esto, hay a quienes le cuesta entender las letras de un cantaor flamenco, de ahí que la interpretación sea tan importante.
El flamenco se consolida como un arte que recorre los estados de ánimo y preocupaciones de todos, algo que ha influido en su carácter popular. De hecho, es habitual que los propios cantaores flamencos modifiquen las letras a su antojo, como, por ejemplo, ocurre en esta soleá. La letra original es la siguiente:
No preguntes por saber
que el tiempo te lo dirá
que no hay cosa más bonita
que saber sin preguntar.
Sin embargo, el cantaor la cambia así:
No preguntes por saber
que el tiempo te lo dirá
Ay, no preguntes niña
que el tiempo te lo dirá.
que no hay cosa más bonita
que saber sin preguntar.
Existen diferentes tipos de letras y estilos que las usan:
Yo no le temo al castigo
y en medio la Calle Nueva
me paro y hablo contigo.
A la mare de mi alma
lo que la camelo yo
porque la tengo presente
metida en el corazón.
Que te quise con locura (verso repetido)
Yo en mi vida negaré
que te quise con locura (verso repetido)
mira que cariño fue
que siento las calenturas
que me dejó tu querer.
Esto son solo algunos ejemplos de letras en el cante flamenco y su uso. No obstante, cuando se acude a un espectáculo flamenco en vivo, en muchas ocasiones el cantaor puede improvisar la letra, como ocurre con el baile. Es algo que le aporta frescura y vida a este arte. Si estás en Sevilla, no dudes en acudir a un tablao flamenco y comprobar en primera persona cómo es la interpretación de las letras de cada palo flamenco.
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