El fandango flamenco es uno de los palos más conocidos. Algunos teóricos indican que se trata del cante más primitivo que existe. De origen árabe y portugués, este estilo recuerda al fado portugués y es fruto de la mezcla de culturas que han influido en su creación. Porque el fandango es un estilo con diversas variantes y no es exclusivo del arte flamenco.
La división tradicional del fandango distingue entre los cantes básicos, los fandangos y sus derivados y, por último, aquellos palos del flamenco que tienen influencias regionales o americanas.
Si recorremos su historia, en el fandango tradicional encontramos su origen árabe, por la semejanza que tiene con la danza arábigo-andaluza y las jarchas mozárabes. Después se fue difundiendo y adaptando a otras regiones españolas, adquiriendo de este modo, otros perfiles propios. Es así como el fandango morisco se fue transformando en jotas, muñeiras o alboradas, entre otros estilos.
Por otra parte, el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española, de 1732, le asigna al fandango una influencia americana, al hacer referencia al mismo como «es un baile introducido por los que han estado en los reinos de las indias, que se hace al son de un tañido muy alegre y festivo».
En el siglo XVIII, el fandango era el palo más conocido en España. Un estilo que ha evolucionado en el tiempo con la incorporación de instrumentos como la bandola o el acompañamiento del baile, algo que ha provocado la creación de otros palos del flamenco como las malagueñas, la granaína, el taranto o la jaberas, entre otros.
En realidad, los fandangos existen en muchos rincones del mundo, de ahí que sea el aflamencado el que se asocie al arte flamenco, una versión que surgió en el ambiente andaluz en el último tercio de siglo XIX, coincidiendo con el surgimiento de los cafés cantantes, salones con tablao y sillas para el público que asistía a los espectáculos flamencos que se celebraban. Sí, tal y como estás pensando son los originarios tablaos actuales.
La aparición de estos lugares dónde disfrutar del cante en vivo influyó en la evolución del baile y la incorporación de la guitarra flamenca, así como en el florecimiento de casi todos los géneros flamencos. El cantaor se servía del ostinato (una figura que se repite varias veces en una pieza musical, de forma consecutiva y durante varios compases) y la estrofa propias del fandango para crear una línea vocal de inspiración propia, componiendo numerosísimas variantes.
En su origen, el fandango fue un baile que comenzó a popularizarse en Andalucía en fiestas, números musicales o en las tonadillas de los teatros. Aquel originario fandango tiene poco en común con el que hoy se conoce.
El de entonces, era instrumental y bailable. Su tono tenía una tendencia aflamencada. Del fandango flamenco se tienen noticias hacia 1870, y todo hace indicar que es un género que surgió en Andalucía de la mezcla del fandango folclórico o tradicional, con los cantes flamencos que se realizaban en tierras andaluzas por aquella época.
El ambiente andaluz de finales del siglo XIX, que coincide con el nacimiento y proliferación de los cafés cantantes, fue el entorno ideal para que en Andalucía tuviera su propio fandango, el fandango flamenco.
El fandango es uno de los estilos fundamentales del flamenco, no sólo por lo que representa como estilo, sino porque ha sido tronco desde el que han surgido otros estilos que con personalidad dentro del cante flamenco, como son la malagueña, granaína, taranta o minera, entre otras, que, con base en el flamenco, se constituyeron en estilos propios.
En cuanto a las características del fandango flamenco, necesitaríamos más que este artículo para poder ahondar en el mismo. No obstante, vamos a hacer una reseña de aquellas que son más importantes o más reconocibles para el público en general.
Para estudiar el fandango, y todos aquellos cantes derivados del mismo a que nos hemos referido, conviene efectuar una clasificación de estos cantes, de acuerdo con su aparición histórica. Y así tendremos:
El fandango se estructura sobre un compás de 3/4 y tiene una gran variedad tonal. La copla del fandango flamenco consta de cuatro o cinco versos octosílabos, que en ocasiones se convierten en seis por repetición de uno de ellos.
El fandango andaluz, tal y como hoy lo concebimos, tiene un elemento musical, que caracteriza a todas sus variantes, populares y flamencas. Este distintivo se basa, por una parte en la alternancia de letras y variaciones instrumentales, y por otra, en la tonalidad con la que se acompañan estos cantes.
Del fandango andaluz se desprenden numerosas variantes que, en un intento de clasificación, nos permitiría diferenciar en fandangos populares y flamencos. Digamos que la diferencia entre uno y otro radica en que los primeros se interpretan sobre un compás ternario (3/4), mientras que la versión flamenca tiene una métrica libre. Entre los fandangos ‘a compás’ destacan las numerosas variantes de Huelva, los de Almería, de Lucena, los granaínos, los de Málaga, los verdiales.
Algunos fandangos, preferentemente los de Huelva, suelen comenzar con una palabra extraída del primer verso, que define el tema sobre el que trata la copla. Los diferente tipos de rasgueo en los de Huelva y en los abandolaos presentan numerosas variantes locales. El acompañamiento libre plantea no una falta de ritmo, como se suele decir, si no un ritmo interno que nace de la interacción entre cantaor y guitarrista, en beneficio de una mayor expresividad del texto cantado.
La estructura formal del fandango se basa en alternancia de copla y variaciones instrumentales, concluyendo en ocasiones con una letra de ritmo más ligero. Se acompañan básicamente con la guitarra y las palmas, aunque se puede escuchar acompañados con laúdes en la alta Andalucía y con violines y panderos cuando es verdial en Málaga, y, por supuesto, ‘a palo seco’.
Como vemos, el fandango es un palo muy rico y con múltiples variantes. Difícil de acompañar porque no es lo mismo un fandango bailable, que uno natural o personal, donde la expresión es tan importante como la propia música. Ya lo hemos dicho, abordar en un único artículo este palo, se queda corto. Así que hoy nos quedamos con una iniciación en esta apasionante palo flamenco.
No obstante, para disfrutar de este estilo, lo más recomendable es asistir a un espectáculo flamenco en directo. En El Palacio Andaluz, tienes la oportunidad de ver cómo nuestros artistas interpretan el fandango flamenco, ya que forma parte del show que cada día se celebra en nuestro tablao flamenco. Si visitas Sevilla, no dudes en vivir una experiencia única y ver nuestro espectáculo en vivo. ¡Te esperamos!
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