Gloria Brenes lleva toda la vida siendo flamenca. Nació en el barrio de la Macarena, en Sevilla, y lleva en la sangre este arte, al que ha podido dedicarse desde muy joven.

Tras pisar escenarios de casi todo el mundo, bailar en peñas y participar en numerosos certámenes, fue coreógrafa y directora artística (además de bailaora) de nuestro tablao flamenco, El Palacio Andaluz, donde actualmente dirige el proyecto cultural Inside Flamenco.

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(Pregunta) Empezamos con una pregunta obligada, ¿el flamenco nace o se hace?

(Respuesta) Bueno, podría decirse que ambas, aunque yo lo llevo en la sangre. Mi padre fue un cantaor reconocido, “El Niño de San Lorenzo”, así que desde pequeña he estado viendo y viviendo el flamenco en casa.

Fue el sonido de unos tangos el que hizo que con 5 años me arrancara a bailar un domingo en una fiesta familiar en Santa Cecilia, un barrio de Triana. Desde entonces no he parado de amar este arte del que he podido vivir.

(P) ¿Y luego empezaste a darle forma a tu arte en alguna academia, o eres autodidacta?

(R) Pues mira, esa historia también es curiosa, la de como empecé a formarme en el flamenco. Aunque tenía vocación desde muy pequeña, en mi casa teníamos que trabajar. Mi padre era cantaor y muy bueno, pero vivir del flamenco era difícil en aquellos tiempos. Así que estudié auxiliar administrativo y con 15 años empecé a trabajar en la academia de baile del gran Manolo Marín. Un día, durante una clase, el mismo Marín me animó a que bailase y, cuando acabé me dijo que si quería dar clases cuando acabase mi jornada laboral.

No pude negarme y aproveché esa oportunidad única que se me presentó. A partir de ahí no pude parar y me presentaba a concursos y bailaba cada vez que tenía la ocasión.

(P) Has paseado tu arte por medio mundo, incluyendo Japón, ¿cómo se vive allí el flamenco?

(R) Es increíble, en Japón sienten un gran respeto y admiración por el flamenco. Son grandes apasionados de este arte y eso se nota en la cantidad de academia y de aficionados que allí hay. Yo me fui de gira con 17 años, junto a mi padre y la compañía flamenca de Yoko Komatsubara*, gran impulsora del arte flamenco en este país.

Allí te sientes una gran profesional porque viven este arte de una forma muy profunda y te hacen sentir un gran profesional. Además de estar de gira, estuve en el tablao flamenco más importante de Tokio que tiene Komatsubara, así como en muchos teatros de diferentes ciudades. Durante los casi 7 meses que estuve allí, pude ver auténtica fascinación por el flamenco y saber lo que se siente encima de unas tablas.

(P) Además de Japón ¿has estado en otros lugares?

(R) Sí, he estado de gira por medio mundo, se podría decir. Fui bailaora durante años de la compañía del gran bailaor Curro Vélez y me fui de gira con él con grandes artistas como Esperanza Fernández y Carmen Montoya, para interpretar la obra “Fiesta Gitana”, con la que pisamos escenarios de Europa como el de Amsterdam, Roterdam, Holanda, Bélgica, Alemania…

(P) ¿Se podría decir que estar trabajando fuera de España fue un empujón para querer seguir viviendo del flamenco?

(R) Bueno, yo ya tenía claro, desde pequeña, que, si podía convertir esta pasión en mi modo de vida, nunca tendría que trabajar (como dice el dicho “elige un trabajo que te guste y no tendrás ni un día de tu vida”). Pero sí, puedo decir que saber lo que es sentirse una profesional y que te aplaudan por tu arte, es algo que me hizo seguir trabajando a mi vuelta a España.

(P) Háblanos de los premios que te han otorgado, que seguro que los hay.

(R) Haberlo, haylos (Se ríe). Uno de los primeros que gané fue con 21 años, precisamente en la Bienal de Sevilla, que, a pesar de quedar en el tercer puesto, el entonces presidente de la Junta de Andalucía me concedió el galardón “Estrella de la Bienal”. También fui finalista del Premio Nacional de Córdoba, con Mención de Honor por la interpretación de bailes por taranto y caña que hice.

He participado en muchos festivales flamencos, pero otro que quiero destacar es el “Festival a la Guitarra y Baile”, de Marchena, en el que obtuve buenas críticas periodísticas, que ensalzaban mi estilo de baile sevillano. Eso me llenó de orgullo de mi tierra y me emocioné escuchando y leyendo todas las crónicas.

También he actuado en peñas flamencas de Sevilla, Huelva y Melilla, y sido jurado en la de Guillena (Sevilla). He actuado en dos programas de televisión del programa “La venta del duende”, de Canal Sur, en el que interpreté un baile por tangos de Málaga y por caracoles, y he sido profesora de baile en el Ayuntamiento de Sevilla durante 10 años.

(P) Se podría decir entonces que has tocado el flamenco desde casi todas las vertientes habidas y por haber, ¿no?

(R) Sí, se podría decir así. Me apasiona tanto, que no hay parte de mi vida que no lleve su toquecito flamenco. De hecho, muchas de las cosas que acabo de explicar, las he compaginado con mi trabajo aquí, en El Palacio Andaluz. Durante más de 11 años he sido coreógrafa, directora y bailaora principal del espectáculo flamenco diario que se lleva a cabo a diario.

Actualmente, dirijo el proyecto cultural Inside Flamenco, en el que sigo dando clases de flamenco a través de talleres y masterclass, así como realizo otro arte que me apasiona, la pintura, con temática flamenca también, por supuesto.

En definitiva, son 35 años de mi vida dedicados a este mundo, el flamenco, que me apasiona y del que cada día aprendo algo.

INSIDE FLAMENCO, UN PROYECTO CULTURAL DE EL PALACIO ANDALUZ

El proyecto cultural Inside Flamenco nace dentro de El Palacio Andaluz con el objetivo de promover, difundir y apoyar, a través de medidas de formación y desarrollo, la cultura del flamenco en Sevilla en todas sus disciplinas artísticas.

Es una inmersión en este arte, en las raíces de una de las principales señas de identidad del patrimonio sevillano. Es ver y tocar, escuchar y aprender.

Inside Flamenco es un proyecto cultural de El Palacio Andaluz con mucha alma, pasión, garra y, por supuesto, duende.

*La Compañía de Ballet Español de Yoko Komatsubara se creó en 1969 por la artista que le da nombre. Komatsubara nace en una familia de virtuosos de música tradicional japonesa y, desde su infancia, aprende a tocar el Shamisen (instrumento japonés), así como a bailar diferentes tipos de bailes. Su relación con el flamenco comienza en 1960 cuando ve una actuación de Pilar López (bailarina y coreógrafa española que alcanzó la fama en su carrera en los años 60 con su compañía) y, entonces, decide mudarse a España para aprender. Más adelante, vuelve a Japón y funda su Academia de Danza Española, además de crear la Compañía del Ballet Español de Yoko Komatsubara. Ha recibido numerosos premios y condecoraciones, además de realizar giras por todo el mundo y participar en festivales y bienales.