¿Qué es el compás flamenco y qué importancia tiene en este arte?
¿Qué es el compás flamenco y qué importancia tiene en este arte?
cantaor para baile flamenco

Expresiones como ‘sigue el compás’, ‘no pierdas el compás’ o ‘qué bien llevas el compás’ son propias del argot flamenco. Pero, ¿qué es el compás flamenco y qué importancia tiene para el cante, el baile y la música de este arte?

Comencemos por el principio, por definir qué es el compás flamenco. El compás es un elemento técnico de la música en general, pero en el flamenco juega un papel determinante en el baile, el cante y la guitarra y, por tanto, en la expresividad de los artistas.

Para entenderlo mejor, recurramos a un ejemplo práctico. Cuando oímos música, escuchamos una especie de latido, un pulso constante que origina un ritmo en nuestro interior que nos impulsa a seguirlo instintivamente con los pies, las palmas o el movimiento del cuerpo.  

Regularmente, uno de esos pulsos o tiempos tiene más énfasis, es lo que se denomina el acento. Este patrón de acentos y pulsos de manera repetida es lo que da lugar a los compases.

En el caso del flamenco, el compás sirve para diferenciar los diferentes ritmos que se pueden hacer con las palmas, el taconeo, el cajón y, sobre todo, para el cante, el baile y la guitarra.

Para muchos el compás es un elemento clave en el flamenco y una de las características más distintivas de este género, a la vez que también representa uno de los principales obstáculos que encontramos a la hora de entender este arte.

En conclusión podemos decir que el compás flamenco es el patrón rítmico o la métrica sobre la que se realizan los palos, lo que ayuda a diferenciarlos porque es el modo que se tiene para medir el tiempo cada uno.

La métrica del compás flamenco

Dependiendo del palo, el compás es ternario (tres tiempos) o binario (dos tiempos), aunque el más característico del flamenco es la amalgama, el compás flamenco que combina el binario y el ternario.

Algunos palos tienen una estructura rítmica determinada como son la soleá, seguiriya o bulería, por ejemplo, mientras que otros no adoptan un compás flamenco determinado. Son los llamados estilos libres y es el caso de las Tonás, Taranta, Granaínas o Malagueña, entre otros.

Los estilos con origen en la música tradicional andaluza, que se han integrado en el flamenco, suelen tener el compás ternario, ritmo propio de la música popular española como es el caso de los Fandangos o la Seguiriyas. El Fandango de Huelva es un claro ejemplo de cómo se marca el compás flamenco de tres tiempos de manera reiterativa.

Cada tiempo de un compás se puede dividir a su vez en dos o tres partes más pequeñas, es lo que se conoce como los compases de subdivisión binaria o ternaria. Para que lo entendamos mejor vamos a poner un ejemplo. En el compás de 2/4 caben dos tiempos (pam / pam), Es un compás binario que a la vez puede dividirse en dos tiempos cada parte (pam-pam / pam-pam).

El 3/4 es un compás ternario y de subdivisión binaria también, ya que cada parte se puede dividir a la vez en dos partes. Y a la inversa del 3/4 está el 6/8, compás que se marca en dos tiempos divididos en grupos de tres, por eso se trata de un compás binario de subdivisión ternaria.

El compás flamenco de amalgama es el que compagina un binario y un ternario, es decir, se alterna el 6/8 y 3/4 ó  3/4 y 6/8, una combinación que da lugar a una métrica musical de 12 tiempos, que es la base rítmica de los palos flamencos más importantes como son la Soleá, la Seguiriya, las Bulerías o las Alegrías.

La flexibilidad en el compás flamenco

Si hay un compás que predomina en el flamenco ese es el ternario que es el de los fandangos o el de las sevillanas, palos que se cantan, tocan y bailan sobre un compás de 3/4.

Otra de las característica del compás flamenco es la flexibilidad con la que los artistas lo ejecutan. Dado que la estética de este arte se ha modelado muy en conjunción con el toque y al baile, la elasticidad del compás flamenco es la manera de resolver la tensión que se genera en el cantaor ante la necesidad que tiene de cantar siguiendo el compás, pero poder hacerlo con libertad expresiva.


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