En el baile flamenco, el bailaor o la bailaora interpreta con el cuerpo lo que transmite el cante, unas letras que generalmente están cargadas de sentimiento: desde las penas más profundas a momentos llenos de algarabía y contagiosa alegría.
Para que esto llegue al público, los bailaores utilizan su cuerpo para expresar todas estas emociones. El contoneo de la figura se acompaña con movimientos de brazos suaves y elegantes que contrastan con el zapateao, en ocasiones muy intenso. Sobre el tablao flamenco, el intérprete comunica con todo.
El movimiento de los brazos, las manos y los dedos le da gracia y otorga magia al baile. Es también el elemento a través del cual, junto al contoneo del cuerpo, se consigue reforzar esa ‘comunicación de sentimientos’ que posee cada palo flamenco, tales como la alegría, sensualidad, tristeza o pasión, entre otros.
Estos delicados y elegantes movimientos se convierten en una auténtica obra de arte cuando todo está en armonía en el baile flamenco: movimiento de brazos, manos, dedos y cuerpo.
Cuando acudimos a un espectáculo flamenco, sobre el tablao esta sincronización parece fácil, pero en realidad no es tan sencillo como parece. Conseguir la técnica adecuada conlleva mucho esfuerzo y horas de trabajo para que todo fluya de modo natural. La buena colocación de los brazos, el movimiento adecuado de las manos y los dedos es fundamental para que el resultado final sea el adecuado, es decir, que no todo vale en el arte flamenco.
Para realizar un baile de modo correcto, el intérprete ha de saber cómo colocar y mover los brazos para que al llevarlos de una posición a otra, lo haga con la mayor naturalidad y belleza posible. Por ejemplo, las manos de las bailaoras de flamenco siempre han de estar por encima de la cintura.
El giro de la muñeca ha de ser en ambas direcciones y saber coordinar los brazos con la rotación de las muñecas. Aunque por separado parezca una tarea sencilla, lo esencial es que los artistas hagan todos estos movimientos a la vez de modo natural.
En relación al movimiento de brazos, el floreo y el braceo son esenciales para bailar flamenco porque se utilizan durante toda la ejecución de los diferentes palos que se interpretan, tanto en los desplazamientos de un lado a otro, como en el acompañamiento de otros movimientos del cuerpo y, como hemos indicado al principio, al zapateado.
En el braceo, lo más básico es mover los brazos de modo semicircular, de arriba hacia abajo por fuera del torso, o también de abajo hacia arriba por el centro del mismo. Se encarga de darle carácter a la interpretación, de ahí que sea muy importante la postura, que juega un papel clave en la interpretación. El braceo puede ser fuerte y dominante o frágil y delicado.
El floreo es el movimiento de manos y dedos que consiste en desplazar los brazos y a la vez girar las muñecas de manera circular, mientras los dedos se abren y cierran.
En el movimiento de los brazos, las manos y los dedos, si te fijas existe una ligera diferencia entre cómo lo realiza el hombre y la mujer. Los bailaores suelen mantener los dedos juntos, mientras que las bailaoras realizan movimientos desde el dedo meñique al índice, lo que otorga un aspecto más bonito a la rotación.
La música y el baile flamenco son fruto de siglos de influencia y de la fusión de elementos multiculturales, cuyo resultado seduce al mundo entero. El flamenco es un arte que se caracteriza por dar cabida a la improvisación personal del artista.
En el caso del baile, las expresiones espontáneas del bailaor o bailaora durante su interpretación, le otorgan un matiz especial que enriquecen el resultado final. El modo en el que se mueve los brazos, las manos o los dedos son también sellos personales que caracterizan la ejecución de muchos artistas.
Recordemos que el baile flamenco se manifiesta en más de cincuenta palos diferentes, dependiendo del criterio emocional o de su procedencia, entre otros elementos. Es decir, que el artista debe respectar la estructura y elementos de cada palo que interpreta, pero al añadir su sello personal diferencia su interpretación flamenca de otra.
El flamenco es un arte muy visual, de ahí que los bailaores hablen también con las manos. Suenan y cantan con palmas y chasquidos cuando están contentas o también se usan para transmitir pasión, lamento, delicadeza, elegancia o dolor, en función del tipo de movimiento que realice con ellas el intérprete.
A lo largo de la historia del baile flamenco, muchos los movimientos de manos, realizados por grandísimos bailaores y bailaoras, han quedado como tradicionales de este arte, como por ejemplo:
Como podemos comprobar el movimiento de los brazos, las manos y los dedos son elementos fundamentales para el baile flamenco. Disfrutar de una interpretación en directo es, sin duda, una de las experiencias más recomendadas para poder apreciar la gracia y elegancia que transmiten los artistas con estos movimientos. Si visitas Sevilla, nuestra recomendación es que visites nuestro tablao flamenco y no te pierdas el espectáculo flamenco que celebramos todos los días en El Palacio Andaluz.
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