Los verdiales son un particular tipo de fandango típico de la provincia de Málaga. También conocido como Fiesta de Verdiales, es una manifestación festiva con un origen muy antiguo, y consiste en un cante y baile acompañado de una orquesta compuesta por un pandero, entre dos y cuatro guitarras, un violín, varias castañuelas y dos pares de crótalos. En algunas ocasiones se acompaña también de una bandurria.
Al conjunto de cantaores, tocaores y bailaoras, se les conoce como Panda de Verdiales, y se encuentran encabezados por la figura del “alcalde”, que enarbola una vara de olivo decorada con cintas de colores con la que se encarga de dar comienzo y final a la pieza, así como de designar al cantaor. Además, los acompaña el “abanderao”, que lleva una bandera de Andalucía o con un Santo Patrón.
Los verdiales, aunque se le conocen por su música, es una fiesta de peregrinación, que tiene como fin la peregrinación hasta una ermita.
El nombre de los verdiales proviene de la comarca olivarera malagueña en la que se cultiva la variedad de aceituna que se denomina “verdial”, más concretamente verdial de Vélez, que se mantiene verde aun estando madura. Fue en esta zona de las comarcas de los Montes, del Valle del Guadalhorce y de la Axarquía, en la que se empezó a celebrar esta fiesta, de ahí que se le denominara “Verdiales”.
Sin embargo, este es su origen geográfico, ya que la raíz de los verdiales es una cuestión controvertida, como la del propio flamenco. Siempre ha predominado una corriente que afirma que los verdiales tiene ascendencia morisca, aunque ha sido puesta en entredicho. Actualmente, parece claro que estamos ante una de las muestras de folclore más antiguo de Europa, siendo incluso anterior a la propia aparición del flamenco, aunque esté considerado un fandango y se incluya dentro de los palos flamencos.
Así, los verdiales han sido fechados hace casi 3000 años, procedente de la antigua Isla de Creta. Otra de sus peculiaridades es que es un tipo de baile, cante y música que ha sufrido muy pocas modificaciones a lo largo del tiempo, conservando su carácter primitivo y pasando de padres a hijos.
En la actualidad existen tres estilos de verdiales según la zona geográfica de la que hablemos: Almogía, Montes y Comares.
La tradición ha legado al presente tres estilos que se designan según la zona geográfica donde han alcanzado prevalencia. Se trata de los estilos de Almogía, Montes y Comares.
Se caracterizan por tener un compás muy vivo y rápido, con un ritmo alegre, en el que destaca la melodía aguda producida por el acompañamiento de guitarra y violín. Los platillos repiquetean de forma repetida mientras el pandero los sigue a compás.
Se distinguen por el predominio del compás del pandero, que es el que marca el ritmo del resto de instrumentos. Es este son el que hace que el estilo montes sea el más hondo de los verdiales. También va acompañado del chasqueo de platillos y del suave rasgueo de la guitarra y del violín.
Sin embargo, la fiesta comareña es diferente a las otras, ya que en su origen no tenían por costumbre organizarse en pandas, obviándose las figuras del alcalde y “abanderao”. La fiesta tenía un carácter familiar, y se llevaba a cabo en celebraciones sociales, como el final de la vendimia, la siembra, en bodas o bautizos.
En la década de los 70 del siglo pasado (alrededor de 1970), empezó a adquirir todos los elementos de los otros estilos de verdiales, como la organización en pandas, las figuras principales y la vestimenta.
Foto de Montuno – Flickr
En su origen, los verdiales no tenían ninguna indumentaria característica, tan solo el gorro de flores. Aunque es cierto que los que participaban de esta fiesta lucían sus mejores vestimentas (teniendo en cuenta que los verdiales eran celebrados por los campesinos de las tierras de las comarcas antes descritas).
Sin embargo, con el tiempo, la fiesta se empezó a popularizar, por lo que se acordó una indumentaria más o menos uniformada: camisa blanca, pantalón o falda oscura y fajín rojo. Actualmente, esta vestimenta ha seguido evolucionando, ya que cada Panda de Verdiales ha ido añadiendo o adaptando el traje según sus gustos, dando lugar a una serie de trajes diferenciados que son ya una seña de identidad de cada panda.
Los cantes abandolaos son los cantes flamencos que derivan directamente de los verdiales. Su nombre viene de un tipo de guitarra con la que se tocaban, parecida a la bandurria, la “bandola”.
Sin embargo, la versión flamenca de los verdiales es menos viva que la fiesta folclórica, y la interpretación suele ser con un ritmo más lento y el cantaor está acompañado únicamente por la guitarra y, en algunas ocasiones, las castañuelas.
Los palos flamencos derivan de antiguos cantes y bailes populares, de ahí el carácter sentido y la conexión con las raíces y tradiciones. Ver un espectáculo flamenco en directo, es estar ante una muestra cultural única.
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