Sevilla es una ciudad única y, uno de sus barrios, Triana, da fe de ello con su propia idiosincrasia. Flamenco, arte propio y una forma de vivir que aún se perpetúa en algunos rincones: hablamos de los patios y corrales de vecinos.
Triana era el barrio hispalense que albergaba un mayor número de patios de vecinos, un tipo de vivienda que se generalizó en el siglo XIX. Este tipo de edificación (y de forma de vida) se hizo muy popular, sobre todo porque daba solución a los problemas de alojamientos que tenía la clase obrera. ¿En qué consistía vivir en un corral (o corrala, como también se le conoce) de vecinos?
Las corralas eran unos edificios que se alzaban en torno a un gran patio central interno, en el que se realizaban la mayor parte de las actividades diarias de sus vecinos.
Las viviendas eran pequeñas, y casi todas las habitaciones, incluida la puerta de entrada, daba a esta zona, que cuidaban todos los vecinos por igual. En ella, se reunían para pasar el tiempo, e incluso para realizar celebraciones familiares, como bodas y bautizos, entre otras.
Esta forma de vida casi comunitaria, sin embargo, tenía sus inconvenientes, ya que las condiciones de habitabilidad eran deficientes, con unos servicios muy básicos. Con una mejora de la calidad de vida de los trabajadores, consecuencia directa de un mayor poder adquisitivo, las corralas de Triana empezaron a quedarse desalojadas y, con ellas, fue desapareciendo una parte del patrimonio sevillano.
Para que esto no ocurriese, ya que no solo forman parte de la historia de Sevilla, sino que son esenciales para entender y explicar la evolución de la forma de vida de Triana, diversas asociaciones, incluye el propio Ayuntamiento, han ido transformando y rehabilitando estos espacios, manteniéndolos vivos.
Tanto es así que, a día de hoy, aún se pueden ver corralas en activo, incluso gente joven viviendo en ellas y que están experimentando una forma de vida distinta, mucho más cercana y en comunidad.
Una de estas iniciativas, es el proyecto “Otoño en los corrales de Triana”, que se realizó en 2021 y cuyo objetivo era “dar a conocer la historia y el valor de estas viviendas y puntos de encuentro que fueron estos patios para sus vecinos desde finales del siglo XIX y principios del XX, hasta ahora”. Ente las actividades que se hicieron, se incluyeron unas visitas a ocho patios trianeros. A continuación, dejamos una breve descripción de cada uno de ellos, para todo aquel que quiera pasear por Triana y acercarse a descubrir los corrales de vecinos.
Se conservan, además, los antiguos lavaderos, así como un pozo del que hacían uso los vecinos. Ha recibido varios premios y ha servido de escenario a películas de época, sobre todo aquellas de corte costumbrista sevillano.
Su nombre, Corral de los Corchos, le viene porque la mayoría de sus vecinos trabajaban antes en la fábrica de corcho que había antiguamente en La Cartuja.
En su patio se han llevado a cabo numerosos encuentros musicales y artísticos, desde los pregones de las Velás de Santiago y Santa Ana y algunas ediciones de la Bienal de Flamenco.
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