Multitud de artistas son los que destacan en esta forma de vida y de arte. Muchos nacen con este don y hoy queríamos hacer mención especial a El alma flamenca de Lola Flores, gran representante de este género.

El flamenco es un género que tiene personalidad propia, muchas son las personas que admiran esta forma de ver el mundo y de enamorar a través del cante, el baile y la música, incluso de la indumentaria, a cualquier espectador.

Si bien, hay gente que nace con este don porque desde pequeños lo tienen inmerso en su persona y consiguen explotar esta habilidad al máximo posible, por ello, hoy hacemos alusión a la grandiosa Lola Flores.

Lola Flores, propulsora del arte flamenco

Foto extraída de: www.zendalibros.com

Conocida como «La Faraona», Lola Flores se encarna como una de las representantes más significativas del flamenco, no solo en el terreno del cante, sino también en el ámbito de la actuación.

Nacida el 21 de Enero de 1923 en Jerez, hija de Pedro Flores y Rosario Ruiz, con mezcla gitana, característica que ha explotado convirtiendo la personalidad de esta famosa celebridad. Con solo diez años, ya recorría los bares de su zona cantando y haciendo mella.

Trayectoria artística de Lola Flores

En 1940 se asienta en Madrid, grabando su primer disco  y consiguiendo sus primeros papeles como actriz en la película Martingala, en la cual ésta representaba a una gitana. Su relación con Manolo Caracol, cantaor con el que mantuvo una relación sentimental y profesional, hicieron que Lola Flores empezara a resonar a gran escala.

Asentada ya en este género y transformándose poco a poco en un icono del flamenco, Lola Flores crea su propia compañía, «Zambra», proyecto que compartió con el ya mencionado Manolo Caracol. 

Aprovechando el éxito de la pareja, se crean películas que tuvieron mucho alcance como Embrujo y La niña de la venta. Aprovechando su paulatina fama, empieza a consolidar su carrera y grabar más discos, destacando «La zarzamora» como una de las canciones más representativas.

Cesáreo González, importante productor, la contrató para varias películas, así como para giras musicales que le llevaron a simpatizar con países como México, donde rueda la película de «La Faraona» de René Cardona, nombre que se le queda asociado a Lola Flores para toda su vida.

Destacamos también «Pena, penita, pena» de Miguel Morayta y «Limosna de amores». Poco a poco fue culminando su arte en actuaciones teatrales e incluso en series de televisión como «Juncal» en 1989.

En 1957 contrae matrimonio con Antonio González, conocido como «El Pescailla» , relación con la que contrajo a sus tres hijos: Antonio, Lolita y Rosario, también enfrascados en la música.

El arte de esta maravillosa mujer ha sobrepasado fronteras, colocándose como uno de los iconos más importantes del flamenco.

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